Excéntrico, ecléctico, esnobista, elitista y exhibicionista; así es el Káiser, Karl Lagerfeld; de nacionalidad alemana y nacido en Hamburgo en 1933. Hoy con 83 años, sigue siendo uno de los baluartes más destacados del mundo del diseño de moda. La casa Chanel es él y él es la casa Chanel.
Su rostro detrás de sus eternas gafas oscuras y sus imperecederos broches le ha convertido en un fetiche viviente. De ascendencia noble, le gusta ver el mundo a su antojo y lo define con una particular visión que plasma en sus creaciones, en sus fotografías y en sus presentaciones rodeado de celebridades.
Muy joven, Karl Lagerfeld se traslada a Paris, donde aún reside. Allí comienza su trayectoria junto a Pierre Balmain. Pero luego busco la independencia al colaborar con casas de renombre: Chloe, Fendi y por supuesto Chanel; expusieron sus creaciones, hasta que a comienzos de los 80, la marca Lagerfeld deja huella no solo en el diseño de ropa, sino también en la elaboración de perfumes.
Rechaza el diseño de ropa infantil, pero colabora abiertamente con artistas como Madonna y Kylie Minoge. En sus desfiles Karl Lagerfeld ha trabajado con nudistas y con artistas del cine porno, provocando revuelo y admiración. Su trabajo como fotógrafo también es aclamado mundialmente y ha sido premiado en distintas ocasiones.
Como diseñador, no solo ha transformado la imagen de innumerables mujeres con sus creaciones. Él mismo es un ejemplo de transformación, como muestra se tiene la conmoción causada tras su radical pérdida de peso con el fin único de lucir diferente… adelgazó 36 kilos en menos de un año. Su plan de dieta a lo Karl Lagerfeld, se transformó en un libro con mucho éxito de ventas también.
Pretende dejar parte de su fortuna estimada en unos 125 millones de dólares, según algunas fuentes, a Choupette, su gata; de manera de eternizar su amor por la felina. Todo lo generado por concepto de apariciones públicas está expresamente destinado a ella y ha lamentado el hecho de que no exista aun el matrimonio entre humanos y animales. La excentricidad le acompaña hasta en sus afectos personales.