Luis Carlos Sarmiento Angulo un Colombiano Poderoso y Millonario

Luis Carlos Sarmiento Angulo nació en 1933 en la alegórica Bogotá, el progenitor y soporte del hogar de Eduardo Sarmiento y Georgina Angulo, Luis Carlos es el octavo de los 9 hermanos.

Su formación en instituciones gubernativas, se bachillerato lo transcurrió en el Colegio Mayor San Bartolomé, elogiado y enaltecido por su desempeño y sacrificados de estudios.

Ovacionado y agasajado por ser el magnate octogésimo segundo del mundo según la integra revista Forbes, con una fortuna tasada en $13.600 apoteósicos millones, Es muy familiar con cinco ansiados hijos, además siendo cometido como ingeniero civil de la Universidad Nacional, su jornada marcha hasta 12 horas al día y se regocija y deleita paseando en su vertiginosa cuatrimotor en su finca.
Adyacentes a Luis atestiguan y acotan que, a pesar de ser uno de los victoriosos capitalista más triunfante, sigue manteniendo la sencillez. Nació en la sosegada Bogotá en 1933 y estudió en Universidad Nacional ingeniería civil. Su empeño además de tesón y pignoración en lo académico le dio la admisibilidad a sus 21 años, de estudiar en Harvard. Sin embargo, la falta de recursos le atasco realizar esta utopía, pero le abrió un portón enloquecedor, para iniciar un floreciente negocio de construcción, tanto de obras públicas como de vivienda, en donde empezó a forjar un emporio.

A sus abreviados catorce años hallo su segunda profesión: la eficacia de la contabilidad. Tan arraizado fue su complacencia por los números y su rigor por perfilarsu conocimiento que un camarada de su padre lo empleo a esa edad, llevando las cuentas e importes del negocio, fue así iniciativa para embolsar sus primeros pesos, que surtió un beneficio que consolidaría su economía más estable

A la edad de 15, Luis Sarmiento incorporo a la Universidad Nacional Facultad de Ingeniería, Con 23 años inauguro su compañía y firma de ingeniería y construcción, exponiéndose a aventurarse a tomar contratos en zonas de exabruptos y violentas, que nadie ambicionaba ni querían.