Óscar de la Hoya, el chico dorado del boxeo mundial

Manteniendo la distancia y haciendo dominio de unos movimientos bien definidos que le permitían atacar con una destacada variedad de golpes, además de rapidez e inteligencia, Óscar de la Hoya, se convirtió de uno de los más aclamados boxeadores de la historia con más de 10 títulos en diferentes categorías. Su vida llena de triunfos no ha estado exenta de polémicas, que no desmejoran en ningún momento sus logros. Óscar de la Hoya tiene un patrimonio de 200 millones de dolares.

Hijo de inmigrantes mexicanos, Óscar de la Hoya, nació en Los Ángeles, California; el 4 de febrero de 1973. La influencia de su padre fue determinante para que tomara el camino del boxeo, que comenzó siendo un juego infantil. Creció en una zona problemática de la ciudad en donde saber defenderse era una obligación y tener miedo no era una opción. El estar practicando en un gimnasio desde temprano le dio la oportunidad de reconocer su potencial, creciendo en confianza en diversos combates amateurs.

Su participación en las Olimpiadas de Barcelona en 1992, donde gano el oro, le valió el sobrenombre de The Golden Boy, por el que sería reconocido en el futuro. Su capacidad es comprobada a base de su esfuerzo y dedicación, logrando destacarse en el boxeo profesional y consiguiendo obtener títulos en diferentes categorías a nivel mundial, como el Mundial SuperPluma, el Mundial Ligero y el Mundial Superligero de la OMB. Óscar de la Hoya se consagra al ganarle a los legendarios Julio Cesar Chávez y Pender Whitaker en 1996.

Al enfrentarse a Patrick Charpentier, obtiene el campeonato de la WBA y con este triunfo aumenta su prestigio y su fama cobrando cantidades millonarias por combate. En su haber profesional, Óscar de la Hoya, tiene una trayectoria de 45 combates con 39 victorias y 6 derrotas entre las que destacan la pérdida de su título mundial welter ante Félix Trinidad o cuando perdió por única vez en su carrera por KO ante Bernad Hopkins.

Sin embargo, su carrera resurgiría por todo lo alto y consecuentemente ganaría nuevos títulos y aprovecharía su figura y su fama para lanzarse en una breve, pero fructífera carrera como cantante. Enfrento un escándalo relacionado con drogas, alcohol e infidelidad hacia su esposa del que se ha recuperado satisfactoriamente y se retiró en el 2009 tras una carrera en la que Óscar de la Hoya, fue el boxeador mejor pagado de la historia, dedicándose posteriormente a la promoción de nuevos valores pugilísticos, sobre todo de la comunidad latina. Su personalidad y carisma tanto dentro como fuera del cuadrilátero y su trayectoria profesional lo han erigido en uno de los mitos más recientes del pugilismo internacional, recordado por su agilidad, fuerza, rapidez y talento por millones de fanáticos que aun glorifican cada uno de sus logros.